Rafael Moreno fue un periodista que trabajó por revelar historias de corrupción en el uso de los recursos públicos, en Córdoba, Colombia.
Sus investigaciones se centraron en contrataciones públicas, minería y restitución de víctimas. Fue asesinado el 16 de octubre de 2022. A quienes lo conocieron les quedó una frase fijada, pronunciada por él: “Que me maten, no me van a silenciar”. Como no pertenecía a ningún medio, abrió su propia página de Facebook, Voces de Córdoba, que tenía 56.000 suscriptores. Allí denunció a empresarios, funcionarios públicos o conocidos que a partir de ese momento le retiraban su apoyo o amistad. Nadie en Pueblo Libertador, el lugar donde vivió fue inmune a su búsqueda de la verdad.
Después de su asesinato, más de 30 medios nacionales e internacionales se unieron para continuar con sus investigaciones y durante casi 6 meses siguieron sus denuncias para emitir por sus diversos canales los resultados de este trabajo colaborativo, el pasado 18 de abril. Antes de morir, Rafael Moreno había estado en contacto con Forbidden Stories, una red francesa que ayuda a periodistas que quieren proteger sus investigaciones en caso de que sean asesinados, encarcelados o sufran algún percance.
En El Espectador, uno de los medios colaboradores captó la esencia de esta iniciativa: “... debemos recordar que están en juego nuestras democracias y el derecho de todos los ciudadanos a estar informados. Proseguir las investigaciones de los periodistas asesinados no es una cuestión de reflejo fraternal, sino de nuestro deber de informar a la opinión pública... a los asesinos de Rafael: se equivocaron. Hoy 32 medios de comunicación de todo el mundo publican las investigaciones del Proyecto Rafael. Matar al mensajero no matará el mensaje.”
En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa (mayo 3), resaltamos una iniciativa colaborativa internacional que tiene como finalidad proteger el legado de quienes arriesgan sus vidas luchando por visibilizar la realidad
Comments